
Lo bueno de escarpar en tus viejos discos duros, es que de pronto puedes encontrar carpetas llenas de lindos recuerdos, fotos, textos que nunca publicarás, cuentos que ya ni te acordabas que estaban ahí. Momentus, vida, olores, sabores, y de pronto, la maquinaria se enciende y vuelves 10 años atrás.
Y como la protagonista de Por el camino de Swann de Marcel Proust, me sumergó en el laberinto de mis memorias, en este gran baúl de recuerdos digitales, 500 GB del año 2007. A juzgar por las imagenes, textos, y subcarpetas encontradas. Fue un año intenso, muy intenso, de estudios, trabajos, encuentros, desencuentros, VIDA.
De esos dos días intensos, cada participante debía escribir un texto sobre su relación con el gran escritor, Juan Rulfo. Textos que luego, Julio Moguel Viveros, Coordinador General del Taller, reuniría en una bello libro( Libro que aún no he visto), por eso les dejo un fragmento de mi texto, escrito al calor de los días de taller.
Rulfo y yo en dos tiempos.
Tiempo I: El día en que descubrí a Juan Rulfo: Y me negué el placer de escribir.
Tenía 16 años, edad en que leía ávidamente todo cuanto me caía en las manos. Esa tarde de noviembre, descubrí a Pedro Páramo y El Llano en Llamas, una edición del 68, de la colección Literatura latinoamericana, de Casa de las Américas. El descubrimiento de Juan Rulfo -como el de Franz Kafka- Es, sin duda un capítulo esencial de mis memorias…
Me quedé boquiabierta con la facilidad que el texto me atrapó. A penas me dejó respirar. Aquellos personajes me tenían atrapada y yo era un habitante más de Comala. Lo terminé en una noche. Luego me desvelé. Estaba tan decepcionada de mis textos, que me negué el placer de escribir en un buen tiempo.
En el año 2004 participé en el séptimo Curso de Técnicas Narrativas en el Centro de formación literaria Onelio Jorge Cardoso. Y allí volvī a encontrarme con otro grupito fans de Rulfo. Y no sólo eso, sino que era tema de debate dentro del taller. Capítulo 9. El Diálogo. Dos cuentos de Rulfo, Diles que no me maten y Cleotilde. Me alegré mucho, sentí que sería nuestra reconciliación…

Y sí aún no lo conoces, o no lo has leído. Nunca es tarde para descubrir a uno de los grandes escritores del mundo. Te lo recomiendo con la misma pasión con que lo leí yo, con mis aquellos inocentes 16 años.
1. Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar está muerta. (¡Diles que no me maten!)
2. Y abrí la boca para que se fuera (mi alma). Y se fue. Sentí cuando cayó en mis manos el hilito de sangre con que estaba amarrada a mi corazón. (Pedro Páramo)
3. Me haré a la idea de que te soñé –dijo-. Porque la verdad es que te conozco de vista desde hace mucho tiempo, pero me gustas más cuando te sueño. Entonces hago de ti lo que quiero. No como ahora que, como tú ves, no hemos podido hacer nada. (Un pedazo de noche)
4. Apréndete esto, hijo: en el nidal nuevo hay que dejar un huevo. Cuando te aletié la vejez aprenderás a vivir, sabrás que los hijos se te van, que no te agradecen nada; que se comen hasta tu recuerdo. (Paso del norte)
5. Sin embargo, la vida no es muy seria en sus cosas. (La vida no es muy seria en sus cosas)
6. Pero ¿por qué las mujeres siempre tienen una duda? ¿Reciben avisos del cielo, o qué? (Pedro Páramo)
7. Nadie te hará daño nunca, hijo. Estoy aquí para protegerte. Por eso nací antes que tú y mis huesos se endurecieron antes que los tuyos. (El hombre)
8. La muerte no se reparte como si fuera un bien. Nadie anda en busca de tristezas. (Pedro Páramo) .
Una respuesta a “Escritores que me inspiran: Juan Rulfo Y Yo en dos tiempos.”
He leído dos obras suyas Pedro Páramo y otra cuyo nombre no recuerdo, Ambas me parecieron muy interesantes y originales porque se concentran en un espacio geográfico local y describen un rico mundo interior. Un saludo.
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